Hablar de Salomé es hablar de la danza de los siete velos. La misma que ha llevado a la confusión en la danza del vientre, asociándola a un striptease. La historia de Salomé está llena de misterio e interés, me han sorprendido muchas cosas que no sabía. La causa principal es el documental y artículo que leí la semana pasada: El gran escándalo de «Salomé», de Richard Strauss: La ópera del lado oscuro de nuestra alma. Os dejo el enlace al vídeo: http://rtve.es/v/3333976
Como bien se indica en el programa, Salomé es uno de los personajes más representados en la historia del arte. Grandes artistas como Dolci, Tiziano, Caravaggio o Giampietrino la han representado. Normalmente se le pinta joven bella e ingenua, pero en el retrato del pintor inglés Beardsley, el autor que ilustró la obra que escribió Oscar Wilde podemos ver otro rostro.
Si nos acercamos más a ella, su expresión ya no es de inocencia, es perversa, malvada. Así es la Salomé que se ve en esta ópera y en esta historia protagonista del programa «This is Opera» de Rtve.
La historia de Salomé es muy antigua, la encontramos por primera vez escrita en la Biblia, pero Richard Strauss se basó en la adaptación de Oscar Wilde para su ópera, con un argumento algo distinto a lo que cuenta el Nuevo Testamento.
En la historia del Evangelio Salomé danzó tan bien que le robó el corazón a Herodes, y por poco le roba la cabeza. Él se queda tan prendado del baile que le promete todo, aunque sea la mitad de su reino. Cuando termina de danzar va a su madre a pedirle consejo: ¿Qué es lo que tengo que pedir?, le dice. Mientras que en la obra de Oscar Wilde, cuando termina la danza es ella de motu propio la que dice «quiero que me entregues la cabeza de Juan Bautista». Es la visión más teatral que ha podido tener Oscar Wilde. Quedaros atentas a este punto, luego haré mi propia interpretación sobre la fijación de Oscar Wilde por Salomé y el simbolismo en algunas partes de la obra.
Como explica en el vídeo Merlin Holland (Editor y nieto de Oscar Wilde), Oscar Wilde conocía muy bien el alma del ser humano, y los instintos más básicos. Él era experto en abrir puertas, abrió muchas puertas, por ejemplo en el tema de la homosexualidad … No estaba descubriendo nada nuevo, simplemente estaba abriendo puertas en temas que empezaban a ser visibles. En la obra vemos que hay pedofilia, necrofilia y también la influencia que tiene la Luna sobre todos los personajes. En esa obra hay muchos aspectos oscuros. El Sol es directo, limpio, brillante, bonito; la Luna tiene algo oscuro, porque no se trata de la luz de la Luna, sino del reflejo de la luz del Sol, y eso es un elemento indirecto y misterioso. Evidentemente el personaje principal de la obra es la luna. Aquí es otro punto al que tenemos que estar atentos y que volveremos para hacer mi propia interpretación.
Y mientras en el cielo brilla la Luna llena, Salomé se encuentra frente a Jokanaan (Juan Bautista en la Biblia), un hombre que no siente el más mínimo deseo por ella. Salomé se obsesiona con Jokanaan, se encapricha de él, de su cuerpo y le pide, le implora que le deje besar su boca. Pero Jokanaan es inflexible, la aparta, ni siquiera la mira. No dejará que bese su boca. Por primera vez en su vida, alguien le dice a Salomé, que no.
Aquí viene la parte que más nos interesa de este programa: El baile de Salomé en la opera…
Como indica el presentador: «A todos nos suena la danza de los siete velos, algo a medio camino entre la danza del vientre y striptease. Pero su origen esconde algunas sorpresas». Y para descubrirlas podemos ver en el vídeo una entrevista a Munique Neith y un baile posterior.
La trascripción de la entrevista con Munique sería:
– Entrevistador (E): ¿Cuántas danza orientales existen?
– Munique Neith (MN). Existen, danzas orientales una, pero esta danza es bailada en varios países, países árabes. Entonces, se piensa que el origen de este baile está en Egipto, la cuna de la danza, pero en todos los países árabes se baila.
– E: No sé, la danza que nos viene a todos a la mente es la danza del vientre. ¿Esta sería como las más importante, la más tradicional?
– MN: Sí, es lo más conocido, así que sería lo que en occidente tiene más contacto.
– E: Hablemos un poco de la danza de los siete velos, que es la que aparece en la opera. ¿Es una danza típicamente oriental o no?
– MN: No, esta danza fue inventada, o sea, este texto realmente es un texto que viene de la Biblia, es un texto que sale… donde no se cita en ningún momento que hay una danza de los siete velos, se habla que hay danza, o sea, ella bailó para su padrastro y para los invitados, y Oscar Wilde es el que hace que cuando escribe su texto sobre esta situación bíblica, él habla de una danza de los siete velos. Se crea esa fantasía a partir de ese texto, pero es algo totalmente fantasioso. No existe en el mundo árabe, tú vas ahí y pides la danza de los siete velos y la gente no sabe qué estás hablando.
– E: El padre de Salomé, su padrastro, le pide a ella que baile una danza a cambio de «te daré todo lo que tú quieras si bailas para mí». Claro, hay un poco de componente sensual en la danza ¿no?
– M.N: Sí, es una danza sensual, es una danza femenina, pero no tiene porqué ser siempre así. Depende del espectador que está mirando, depende cómo tú la hagas.
– E: Strauss dejó unas anotaciones; después de haber terminado la ópera, de qué quería exactamente.. Claro, para una soprano es muy difícil hacerlo porque naturalmente una soprano está preparada para cantar y no para bailar. Tiene que llevar siete velos, primero se tiene que sacar uno, después otro, después otro, … y al final tiene que quedar prácticamente desnuda. ¿Qué te parece?
– MN: Yo creo que es libre si el autor lo creó así, pues lo ha visualizado de esta manera . Que tampoco cuando Oscar Wilde escribió esto, no especificó cómo era esta danza, entonces te da un margen. Cada lector, cada persona que coge ese texto y lo lee lo interpretará. Está en la imaginación de cada uno.
– E: Ok, entonces ¿Tú no vas a bailar la danza de los siete velos como dice Strauss que hay que hacer? …
No os perdáis en el minuto 32,47 la interpretación de Munique Neith de lo que le sugiere la danza y de como ella la ve.
Y otra parte crucial para mi interpretación posterior es la segunda entrevista al nieto Oscar Wilde, donde el entrevistador le pregunta: ¿Qué importancia tiene el baile?
Merlin Holland: Para mí, el baile… es el equivalente en 1891, de lo que aparece ahora en las películas de Hollywood. Es el elemento sexual, que va a atraer al público. ¿Sabes? Es casi innecesario, casi no debería de estar presente, pero creo que está ahí por la intención de Oscar Wilde de querer impactar. Esta obra… fue un escándalo desde el principio, cuando fue prohibida por mostrar personajes bíblicos, y por la necrofilia y el posible incesto… Temas muy oscuros. Él les da forma en inglés, y publica la obra con todas la ilustraciones eróticas de Aubrey Beardsley.
Hay dos ilustraciones en concreto que lo demuestran. La primera es la portada, donde aparece él como la Luna.
Entrevistador: ¿Así que la Luna es Oscar Wilde?
La Luna es Oscar Wilde; Sí. Y es Aubrey Beardsley quien hace aparecer a Oscar Wilde en las ilustraciones de su propio libro.
Volvamos al título de este artículo: «Oscar Wilde quería bailar y ser como Salomé»
Para aquellos que no lo sabían Oscar Wilde se casó pero posteriormente reconoció que era homosexual.
En los puntos que he indicado:
– La expresión de Salomé en la ilustración es perversa, malvada.
– En la obra de Oscar Wilde, cuando termina la danza es ella de motu propio la que dice «quiero que me entregues la cabeza de Juan Bautista».
– En la obra vemos que hay pedofilia, necrofilia y también la influencia que tiene la Luna sobre todos los personajes. En esa obra hay muchos aspectos oscuros. El Sol es directo, limpio, brillante, bonito; la Luna tiene algo oscuro, porque no se trata de la luz de la Luna, sino del reflejo de la luz del Sol, y eso es un elemento indirecto y misterioso. Evidentemente el personaje principal de la obra es la luna. Y mientras en el cielo brilla la Luna llena, Salomé se encuentra frente a Jokanaan (Juan Bautista en la Biblia), un hombre que no siente el más mínimo deseo por ella. Salomé se obsesiona con Jokanaan, se encapricha de él, de su cuerpo y le pide, le implora que le deje besar su boca. Pero Jokanaan es inflexible, la aparta, ni siquiera la mira. No dejará que bese su boca. Por primera vez en su vida, alguien le dice a Salomé, que no.
– Es Aubrey Beardsley quien hace aparecer a Oscar Wilde en la portada de su libro en forma de luna.
Oscar Wilde muestra a una Salomé perversa, recalca su obsesión por Jokanaan, y que por primera vez en su vida alguien le dice a Salomé que no. Cuántas veces le dijo un hombre que no a Oscar Wilde, y su obsesión por alguno de ellos, eso nunca lo sabremos, pero lo que sí que sabemos es que la luna representa lo femenino, que las mujeres somos lunares y los hombres solares, y que como indica Miranda Gray en su libro Luna Roja: «Los hombres siguen al sol, mientras que nosotras nos guiamos por la luna». Como también nos recuerda en su capítulo el lado oscuro de la luna: «La Narración de cuentos y fábulas ha sido para la mayoría de las sociedades un marco idóneo para guiar y enseñar. Es una tradición milenaria. Muchas culturas sentían un gran respeto por los narradores, porque ellos controlaban el poder de los mitos; porque podían hacer que el oyente utilizara su conocimiento intuitivo de las verdades más profundas para identificarse con los ritmos y energías del universo». «Las películas de terror asocian a la mujer sexualmente atractiva con la muerte o bien con la bruja aterradora».
Como nos explica Miranda Gray, las fases de la luna están relacionadas con el ciclo menstrual de la mujer, hay muchos cuentos e historias que pueden considerarse mitos menstruales, es decir, enseñanzas relacionadas con las experiencias propias del ciclo menstrual y la transición desde la infancia hasta la madurez femenina.
En este párrafo del libro de Miranda que habla sobre la dualidad femenina, podemos ver la distorsión de los cuentos o leyendas por la influencia de la sociedad masculina: «En muchas historias se refleja la dualidad de la mujer, su aspecto positivo es el de la virgen casta o la buena madre, y el negativo es el de la bruja fea y destructiva, o bien el de la hechicera bella y malvada. Con frecuencia el significado original del cuento se distorsiona mucho debido a la influencia de la dominante sociedad masculina y su percepción del rol que desempeña la mujer, y por esa razón el aspecto más oscuro de la mujer se considera destructivo, cuando en muchos casos es el inicio de una nueva etapa de la vida o del conocimiento».
A Oscar Wilde le interesa que la decisión de que corten la cabeza la tome Salomé, no su madre, tal y como verdaderamente nos explica la Biblia. También le interesa darle protagonismo a la luna, porque él quería ser luna, pero al mismo tiempo nos recuerda: El Sol es directo, limpio, brillante, bonito; la Luna tiene algo oscuro, porque no se trata de la luz de la Luna, sino del reflejo de la luz del Sol.
Oscar no pudiste bailar como Salomé, pero descansa en paz porque sí que fuiste Luna gracias a la ilustración de Aubrey Beardsley.